El turismo low cost en Barcelona, está acabando con la paciencia de los vecinos del popular barrio de la Barceloneta. Y es que la zona, se ha convertido en el lugar ideal para un tipo de viajeros, que entienden las vacaciones, a modo de batalla campal. El principal reclamo de estos turistas, los bajos precios de algunos de los apartamentos de vacaciones en el barrio. Pero es que además, la agradable climatología de la ciudad condal, ha favorecido la acampada libre de personas, que ajenas a las normas, se dejan ver en las playas y parques de la ciudad, dejando a su paso, cantidades ingentes de basura, destrozos y peleas.
Según los vecinos de la zona, estos individuos, por lo general jóvenes, se pasan la noche de fiesta, de bar en bar, o bebiendo en la playa, donde terminan acampando. Pero como sus fiestas suelen terminar a altas noches de la madrugada, cuando no lo hacen ya de buena mañana, el sol enseguida se les echa encima, y cuando ya no pueden más, se trasladan al parque de la Catalana.
Si fueran limpios, si no montasen jaleo ni destrozaran el mobiliario urbano, a mí me daría igual que estas personas acampasen donde les dé la real gana, nos comenda Montse. Pero el problema es que lo dejan todo lleno de porquería, se meten con la gente, porque van borrachos y colocados, e incluso, han llegado a tener algún altercado con los vecinos del barrio. Muchos tienen miedo, y hasta han elegido otro lugar para pasear a sus perros. Vecinos de toda la vida que ahora tienen que cambiar sus hábitos y costumbres, y vivir con miedo en su propio barrio, por culpa de 3 o 4 indeseables, porque también he visto, que algunos, son bastante tranquilos y no da problemas a nadie.
El calvario del barrio marinero
El botellón, las drogas y otras molestias, están dando el veranito a los habitantes de la Barceloneta. Y es que algunos, han definido el comportamiento de estos turistas, como más propio de zombies que de personas, debido al consumo excesivo de drogas y alcohol, lo que provoca que deambulen por el parque de la Catalana, como autómatas con la mirada perdida, las pupilas dilatadas y un olor a alcohol, que los delata. Y allí, en el parque de la Catalana, acampan, sin más recursos que la mochila y la toalla.
Los vecinos temen, que esta moda, que ha empezado este verano, se convierta en tendencia, y con el tiempo, decenas de turistas invadas sus parques y playas, arrasando con todo a su paso. y los vecinos lamentan que del barrio marinero, poco quede ya, porque a la vista está, que ha sido ocupado por los turistas.
Durante los fines de semana es mucho peor, nos dice Jaume, y es que yo no sé qué va a ser de nosotros. Esto va de mal en peor. Siempre hemos tenido turismo en la zona, alguno mejor que otro, pero nunca tan molesto como este, y tememos, que la historia vaya a más. Al final, tendremos que ser nosotros, los vecinos de toda la vida, los que se tengan que trasladar.
Estos vecinos, tienen que compartir espacio con individuos que venden drogas y vomitan delante de sus hijos e hijas, sin cortarse ni un pelo. Si no se enteran de nada, dice Silvia, con lo borrachos y drogados que están, lo mismo piensan que un niño es un gnomo, o algo así. Bromas aparte, las molestias que están ocasionando a la ciudad, son considerables y esto se tiene que acabar. Yo no pienso moverme de aquí, como han hecho otros vecinos, que ya no podían más.
Otro tipo de turismo
Afortunadamente, el tipo de turismo que visita Barcelona, y por el que más apuesta la ciudad condal, es un turismo de calidad, más preocupado por la cultura, por la salud y por el medio ambiente. El mismo turista que elige el Mercer Barcelona, un hotel de lujo ubicado en el corazón del barrio gótico, cerca de la catedral. Este boutique hotel de lujo, considerado monumento, es un lugar único donde los invitados pueden encontrar la exclusividad y una experiencia singular. El hotel ocupa una colección de edificios con un gran significado arquitectónico en Carrer Lledó, construido en la parte superior de la antigua ciudad romana. También tiene arcos medievales y pinturas originales del siglo XII: una propuesta arquitectónica que sorprende y captura a todos sus huéspedes.