Desde el momento en que planificamos nuestro embarazo comenzamos a preocuparnos por todas las repercusiones que puedan tener nuestros actos sobre la salud de nuestro bebe, sobre todo mientras es un feo en desarrollo y está íntimamente ligado a todo lo que comemos, hacemos y sentimos.
Si es verdad que hay ciertas cosas que tenemos que evitar si queremos tener un embarazo saludable, sin embargo ¿Hasta qué punto llegan estos cuidados especiales? ¿Incluso, nuestra salud dental podría afectar a nuestro bebé? Sigue leyendo y descubre la verdad tras el mito.
Los hábitos alimenticios de la madre afectan su salud bucal y el desarrollo del feto
Lo primero que afecta la salud del feto, es la alimentación que la madre mantiene durante el embarazo. Este será más o menos saludable, dependiendo de la dieta que se siga durante la gestación y si se consume los nutrientes necesarios. También es importante limitar el consumo de ciertos productos y además, cuidar nuestros antojos.
Los antojos son una manifestación muy frecuente en las mujeres embarazadas, caracterizados por deseo irresistible de comer algún alimento, oler algunos productos o exageraciones de gustos previos. Suceden por lo general en el primer trimestre del embarazo y suelen caracterizarse por ansias por alimentos con alto contenido calórico (chocolates, frutos secos, helados, frutas, etc.) o aversiones a humos, fritos o comidas grasas y que casi siempre desaparecen tras el parto.
Aunque se desconoce la causa estos antojos, hay profesionales que postulan que se relacionan con los cambios hormonales que ocurren en el embarazo, otros por los cambios en el gusto y en el olfato que suelen tener las embarazadas, y otros opinan que podría tratarse de un mecanismo protector de la madre para evitar sustancias nocivas como tabaco, alcohol, carnes o pescados o verduras posiblemente contaminadas por microorganismos o productos tóxicos.
Sin embargo, aunque este tipo de antojos no trae ningún efecto adverso sobre la salud de la madre o el feto; la ingesta excesiva de alimentos con alto contenido calórico y azucares si que afecta la salud de los dientes.
De hecho, existe una situación más extrema y rara denominada pica, enfermedad que se caracteriza por la ingesta compulsiva de sustancias como la arcilla, tierra, jabón, arroz crudo, hielo, tiza, pasta de dientes, etc. que su puede ser nociva para la gestante y su hijo y requiere una valoración por parte de los profesionales de la salud.
Cualquiera que sea el caso, los expertos alertan que pueden ocasionarse problemas graves a nivel bucodental, tales como la gingivitis y la periodontitis.
Como dijimos anteriormente, una de las causas es que durante el embarazo, las mujeres experimentan una serie de cambios hormonales que tienen repercusiones en todo el organismo; siendo una de las consecuencias el aumento en la permeabilidad de los vasos sanguíneos, por lo que es más fácil padecer gingivitis.
Así, al padecer de gingivitis, las encías sangran y entran bacterias y patógenos. Dichos patógenos pueden pasar a la circulación sanguínea y acabar llegando a la placenta, cuya infección e inflamación puede provocar:
- Ruptura prematura de las membranas y contracción uterina que, a su vez, puede causar parto pretérmino.
- Alteración del crecimiento y desarrollo de la placenta y el feto, pudiendo provocar un déficit en el transporte de nutrientes a la placenta y bajo peso al nacer.
- Una alteración en el desarrollo de los vasos sanguíneos placentarios que puede derivar en preeclampsia..
Consejos para cuidar tus dientes y a tu bebé durante el embarazo
El equipo especialista en salud bucal del Centro Avanzado de Odontología Belmonte te explica algunos sencillos pasos para mantener a tus dientes y tu bebé sanos durante el embarazo:
- Lo mejor es prevenir. Al momento de planificar tu embarazo, no está de más incluir una visita al dentista. De todas formas, aún puedes acudir en el segundo trimestre, ya que en ese momento ya ha pasado la delicada fase de formación de los órganos del feto y si te tienen que hacer algún tratamiento no hay peligro para el bebé. “Es importante cuidarse antes, durante y después del embarazo no solo para la salud de la madre sino también para la del futuro bebé”, explican los expertos en salud bucal. “Y esto también implica cuidarse la boca: dientes y encías sanos y fuertes son el reflejo del estado de salud de todo el cuerpo”.
- Usa cepillo de cerdas suaves para cuidar tu boca y acuérdate de cambiar de cepillo cada 3 meses o cuando los filamentos se abran.
- Complementa la higiene bucal con seda dental.
- Acuérdate de cepillarte los dientes después de cada comida. Para esto, te recomendamos llevar un cepillo de dientes y pasta dentífrica en tu bolso para cuidar de tu boca fuera de casa.
- Controla los antojos y no abuses de los dulces.
- No te olvides de visitar al dentista periódicamente.
- Aunque aún no se han hecho estudios serios sobre los blanqueadores dentales que prueben con certeza que su uso es seguro en mujeres embarazadas, algunos fabricantes desaconsejan su uso durante el embarazo. Incluso, algunos dentistas recomiendan esperar hasta después del embarazo para hacer un blanqueamiento dental. La principal preocupación son los posibles efectos que tendrían en el feto las sustancias químicas que se utilizan en los productos para el blanqueamiento de los dientes si la madre las llegara a tragar.
Hábitos de alimentación para cuidar tu salud bucal y a tu bebé
Lo que debes evitar
- Alcohol. El síndrome de alcoholismo fetal es provocado por la ingesta de mucho alcohol durante el embarazo. Por lo que todos sabemos que al enterarnos de nuestro embarazo, debemos evitar los brindis. Aunque se desconoce qué cantidad resulta nociva y qué cantidad es segura, la incertidumbre hace más conveniente tomar precauciones y no beber nada de alcohol durante estos nueve meses.
- Cafeína. Es conveniente reducir o eliminar el consumo de cafeína. Esto porque los estudios demuestran que el consumo de más de 200 a 300 miligramos de cafeína por día (de 2 a 3 tazas de café, según el tamaño de la porción, del método de preparación y de la marca) puede poner en riesgo un embarazo.
- Ciertos alimentos. También se debe tratar de evitar o limitar la exposición a aquellos alimentos que con mayor probabilidad están contaminados con bacterias o con metales pesados, como por ejemplo, los siguientes:
- los quesos blandos no pasteurizados (con frecuencia promocionados como «frescos»), como el queso feta, el queso de cabra, el brie, el camembert, el queso azul y el queso fresco propiamente dicho
- la leche, los jugos y la cidra de manzana que no estén pasteurizados
- los huevos crudos o los alimentos que contienen huevos crudos, lo cual incluye la mousse, el tiramisú, la masa para hacer galletas que no esté totalmente cocida, el helado casero y la salsa César para ensaladas
- el pescado crudo o poco cocido (sushi), los mariscos o las carnes crudos o poco cocidos
- los patés y otros productos untables derivados de la carne
- las carnes procesadas, como los perros calientes, y los productos de charcutería (los cuales deben estar bien cocidos antes de comerlos)
Aquí cabe acotar que debes recordar que el embarazo no es una licencia para empezar a repetir porciones de tartas de chocolate u otros tipos de alimentos altos en grasas o azúcares. Si lo haces, terminarás ganando mucho peso, un sobrepeso que te resultará muy difícil de perder una vez tengas al bebé y que influirá en tu salud general y tu ánimo.
De hecho, como regla general, la ganancia de peso en un embarazo no debe superar los 13 kgr (aunque esta es una cuestión individual en cada embarazo y no debe obsesionarse por ello), sin embargo, que no le quites el ojo a tus consumos.
Lo que debes comer
- Pan, otros cereales y patatas. Estos alimentos deberían representar el 70% de tu dieta. Además, te recomendamos que siempre que sea posible, escoge variedades integrales de estos productos ya que contienen más fibra, vitaminas y minerales.
- Frutas y hortalizas. En ellas se incluyen las variedades frescas, congeladas y enlatadas, las ensaladas verdes, las alubias y las lentejas, los frutos secos y el zumo de frutas. Toma al menos cinco raciones al día de frutas y hortalizas. También puedes tomarlas en el zumo de frutas, pero recuerda que este sólo cuenta como una ración de las que necesitas.
- Carnes, pescados y alimentos alternativos (entre ellos, huevos, nueces y legumbres). Todos ellos son fuente de proteínas, vitaminas y minerales, y los debes consumir entre dos o tres porciones al día.
- Leche y productos lácteos frescos. Te proporcionarán calcio y proteínas, por lo que has de intentar tomar dos o tres porciones diarias.
- Alimentos que contienen grasas y azúcar. Como dijimos anteriormente, deberías mantener al mínimo el consumo de este tipo de alimentos ya que son los más dañinos para tus dientes. Sin embargo, un pequeño lujo ocasional, como tomar un par de bombones, no te harán ningún daño, ni a ti, ni a tu hijo, si por lo general mantienes una dieta saludable y balanceada.