La crisis que está ocasionando el coronavirus nos ha pillado a todos desprevenidos. Son miles y miles los casos que se están produciendo a lo largo y ancho de España y todavía falta por conocer algo que a buen seguro va a condicionar la vida cuando el virus se haya marchado: la situación de las empresas, que van a ser las entidades que se encarguen de sacar todo adelante. Por todos y todas es conocido que se vienen tiempos difíciles en España y es fundamental que las empresas sepan cómo moverse en este sentido.
El Gobierno ya ha aprobado varios paquetes de medidas para que las empresas españolas tengan la posibilidad de recuperarse de esta situación tan grave que nos está tocando vivir. Uno de ellos es el aplazamiento de impuestos, algo de lo que muchas empresas de nuestro país se van a poder beneficiar y que debe servir para que encontremos entre todos la manera de hacer que esta crisis nos golpee lo menos posible desde el plano económico. La verdad es que es una opción que tenemos que contemplar para tratar de salir adelante.
Pero está claro que, como todas las empresas tienen una naturaleza diferente entre sí, unas lo van a tener más fácil que otras a la hora de gestionar todos los trámites que son necesarios para tener acceso a esa ventaja que ha sido implementada por el Gobierno. En el capítulo de las más débiles se van a encontrar, una vez más, las pequeñas y medianas empresas de nuestro país, que van a necesitar ayuda de parte de otras entidades a la hora de tener la posibilidad de tener acceso a esas ventajas que tan importantes se van a convertir para el desarrollo de su actividad en el futuro.
Fijaos en lo que apunta una noticia a la que hemos tenido acceso del portal web Muy Pymes. En ella, se asegura que más de la mitad de las empresas de este país son de tamaño pequeño o mediano que no cuentan con asalariados, que son unipersonales. Teniendo esto en cuenta, os podréis imaginar la dificultad que entraña el hecho de cumplimentar todos los trámites que son necesarios para tener acceso a las ventajas que está tratando de desarrollar el Gobierno. Máxime teniendo en cuenta que, además de eso, existe la necesidad de seguir ejerciendo la actividad habitual.
Para la primera de las labores que hemos comentado, la de carácter burocrático, resulta más que evidente el hecho de que es prioritario apostar por entidades en las que se pueda externalizar este trabajo y que, por otra parte, estén especializadas en un asunto como este. Hablamos, como no podía ser de otra manera, de las asesorías o gestorías, que, como vamos a ver en un artículo publicado en la página web de Área de Pymes, han crecido desde las 61.000 unidades existentes en el año 2014 a las casi 68.000 unidades de las que disponíamos en el año 2018.
En un momento como en el que nos encontramos, para las empresas de pequeño y mediano tamaño es elemental acceder a las ayudas que está tratando de implementar el Gobierno. Y hacerlo no es en absoluto sencillo porque es bastante la burocracia que tenemos de sacar adelante para conseguirlo. Por eso, son muchas las pequeñas entidades que están poniéndose en manos de asesorías o gestorías fiscales para, por ejemplo, conseguir esa moratoria de seis meses en el pago de impuestos. Así es como nos lo han contado los profesionales de Martín Laucirica, una asesoría situada en Vizcaya y que, desde luego, ha experimentado casos de este estilo.
Una situación más complicada que la de la crisis de 2008
Son muchas las personas especializadas en materia económica que nos han comentado que esta situación que estamos padeciendo podría ser más complicada que la que nos dejó la crisis económica del año 2008. Y eso requiere de actuaciones rápidas y urgentes por parte de las instituciones públicas, pero también de cada una de las empresas que se encuentran trabajando en el interior de nuestras fronteras. Solicitar de una manera rápida y eficaz las ayudas que se están elaborando para las empresas es una manera de evitar que esa crisis nos toque demasiado y de mantener, de esta manera, el tejido productivo del país.
Estamos convencidos de que todo este asunto terminará acabando. No sabemos cuándo, pero sí sabemos que si las empresas siguen demostrando la entereza que han demostrado hasta ahora y, además, son ayudadas desde las instituciones públicas, más pronto que tarde lograremos acabar con un problema que ya nos ha dejado no solo muchas personas fallecidas, sino mucha gente sometida a paros en su trabajo y, en el peor de los casos, enviada al paro por necesidad de supervivencia de la empresa para la que han trabajado anteriormente.