La cerámica lleva con nosotros toda la vida y sigue siendo importante y también podríamos decir que está de la más rabiosa actualidad. En la arquitectura y en la cerámica el cambio climático es un problema importante a solucionar.
En la arquitectura muchos desde el siglo pasado pensaron en lo necesario que era reducir el coste energético. El desconocer el problema o no comprenderlo debidamente durante bastantes décadas ha hecho que el cambio climático y sus consecuencias sean de los problemas más importantes para solucionar en este siglo XXI.
La viabilidad del desarrollo sostenible se busca, donde debe existir un equilibrio complejo entre economía, sociedad y medio ambiente, donde el crecimiento a nivel económico y el uso de los recursos actuales no deberá poner en peligro el que puedan subsistir las sociedades del futuro.
La cerámica es un material con miles de años que supo adaptarse muy bien a nuestras necesidades. La industria de la cerámica ha ido tomando medidas que redujeron la temperatura de cocción con sistemas más eficaces, que aumentan el uso de material reciclado, gestionando mejores recursos como la energía o el propio agua. Todo esto hace que se traduzca en una estimable bajada de los costes. Esto hace que podamos decir que el mundo de la cerámica lleva ya muchos años en clara adaptación para su sostenibilidad.
No solo vale para la cerámica su intervención en procesos como el de fabricación a la logística, pudiendo ir más lejos, incluso en la creatividad como vemos en Cerámica para arquitectura, donde los propios clientes pueden llegar a intervenir en la creatividad y diseño del producto.
Hay muchos proyecto a nivel de investigación que usan a la cerámica como un magnífico soporte para las nuevas tecnologías, como los pavimentos de tipo cerámico donde hay cédulas fotovoltaicas que se encargan de captar la luz del sol o sensores que se dedican a acumular el impacto de los corredores o las fachadas cerámicas que son autolimpiables.
Esta clase de avances es complicado encontrarlos en lo cotidiano, pero realmente ya va siendo hora de que se produzca la revolución de la vivienda convencional, que ya puede dotarse de grandes avances.
En los años 20 del pasado siglo Buckmisnter Fullerm, un arquitecto, diseñador e inventor, se planteó si la humanidad podría sobrevivir en el planeta. Se hablaba de la gestión de los residuos y de la optimización de la energía. Se le llamó el primer activista del medio ambiente. Muchos dijeron que sus ideas eran utópicas.
Mucha más repercusión llegó a tener Mies Van der Rohe con su “menos es más” que lo que buscaba era una simplificación máxima de todos los detalles de construcción. En este sentido, también se puede hablar de los principios de Le Corbusier o las “máquinas para vivir”
¿En qué se convertirá la cerámica en el futuro?
Aquí la acumulación de conocimientos de importancia, todo ello combinado con el gran esfuerzo de las empresas y demás centros tecnológicos que invierten en I+D+I, así como una mentalidad de mayor apertura y exigencia por parte de la sociedad hará que tengamos un estilo de vida que a buen seguro, tendrá una mayor sostenibilidad.
Esta nueva cerámica que podríamos denominar 4.0 y demás tecnologías aplicadas empezaron a nacer en laboratorios y ferias especializadas, pero se necesita el apoyo de arquitectos, promotores y usuarios para que se produzca su aparición en el mercado de forma libre.
El futuro de la cerámica es de lo más ilusionante, siendo quizá el mejor soporte para ir albergando las muchas tecnologías que van a ser de gran ayuda en nuestros hogares y para que pueblos y ciudades se definan con la modernidad que esperamos en este siglo XXI.
Desde luego que el futuro para la cerámica se presenta apasionante y ya estamos viendo movimientos que hacen que ese deseo y esos visos para ella estén cada vez más cerca.
Está claro que quedan muchas sorpresas por verse en este sentido e incluso podríamos aventurar que muchas las desconocemos, pero el que un material como la cerámica vaya a estar presente en el futuro de nuestros hogares entre la más moderna tecnología ya dice mucho sobre las bondades de un material que parece poder contra todo y donde el tiempo no ha hecho sino agrandar su leyenda.