¿Te acabas de enterar de que eres celíaco/a y no sabes cómo gestionar tu alimentación? Aquí tienes algunos consejos para no perder la cabeza

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Desde hace tiempo vienes notando que algunos alimentos no te sientan bien al estómago o te producen inflamación y malestar. Un buen día, decides ir al médico para comentárselo y obtienes el diagnóstico de que padeces la enfermedad celíaca. Es completamente normal que estés un poco preocupado/a sobre cómo vas a gestionarlo, ya que, sin lugar a dudas, esta condición implica cambios significativos en tu alimentación y estilo de vida, pero, lo cierto es que, en la actualidad, no tiene por qué suponer algo muy duro, así que, no entres en pánico porque todo va a salir bien. En este post queremos darte algunos consejos para no perder la cabeza. ¿Crees que te puede interesar? ¡Quédate a leer!

Infórmate bien sobre la enfermedad 

 

Conocerse a uno mismo es imprescindible en cualquier caso pero, si acabamos de ser diagnosticados con la enfermedad celíaca, resulta aún más importante. Según explican en una publicación del Sistema Nacional de Salud del Gobierno de España, la enfermedad celíaca (EC) es un trastorno sistémico, de naturaleza autoimmune, debida a la existencia de una intolerancia permanente al gluten, que aparece en individuos genéticamente predispuestos y afecta de forma primaria, aunque no exclusivamente, al tubo digestivo. Se define por la presencia de un proceso inflamatorio crónico que afecta al intestino delgado.  Es una enfermedad crónica y no tiene cura, sino que se trata controlando una dieta sin gluten, una proteína que tienen muchísimos alimentos habituales como el pan, la pasta o la cerveza.

Tendrás que tener cuidado a la hora de hacer la compra o comer fuera, aprender a leer etiquetas y estar atento a los alimentos que aparecen en los ingredientes. Asimismo, hay algunos sellos de certificación, como el logotipo de la Asociación de Celíacos, que te ayudarán a identificar con seguridad qué productos cumplen al cien por cien con los estándares sin gluten. Aunque parezca muy complicado, a medida que vayas acostumbrándote, tu perspectiva será mucho más positiva. 

Escucha muy bien a tu médico o nutricionista

 

Una vez recibas el diagnóstico de enfermedad celíaca, es fundamental que busques la orientación de un profesional de la salud, médico o nutricionista, tanto para que evalúe la situación de la enfermedad, como para guiarte a la hora de encontrar información sobre las dietas sin gluten. Su conocimiento puede ser vital a la hora de crear un plan alimenticio que te agrade y se ajuste a tus necesidades.  

Aprovecha para hacer limpieza en la cocina

 

El gluten puede llegar a ser muy escurridizo y, aunque te prepares comidas libres de esta proteína, encontrarte con malestar o dolor de tripa debido a la contaminación cruzada de otros alimentos o utensilios de cocina resulta muy habitual. Limpia muy bien objetos como: recipientes, tostadoras, sartenes o cualquier superficie que haya estado en contacto con alimentos que contienen gluten, ya que pueden afectar negativamente al organismo.  Si vives con más gente, intenta comunicarle muy bien tus necesidades y considera etiquetar los utensilios y recipientes que utilizarás exclusivamente para alimentos sin gluten. Es importante saber que, dependiendo de la persona, una pequeña cantidad de gluten puede causar una reacción, así que tómate este punto muy en serio. 

Acostúmbrate a hacer la lista de la compra… e investiga sobre las secciones sin gluten

 

Hacer una lista de la compra puede servir para organizar bien los alimentos que se necesitan y, sobre todo al principio, ayudará a evitar comprar los alimentos con gluten que antes resultaban habituales. En la actualidad cada vez más supermercados incorporan secciones sin gluten en sus pasillos. Infórmate sobre el tuyo y procura acudir a él.

Además, puede ser un buen momento para empezar a comprar en tiendas alternativas donde vendan productos ecológicos a granel, e incluso para mejorar tu alimentación en general. Recuerda que la mayoría de  frutas y verduras no contienen gluten, como tampoco las carnes, legumbres, lácteos, huevos o el pescado. Eso sí, intenta evitar las carnes u otros productos procesados que pueden contener trazas de productos con gluten.

Por otro lado, las harinas son muy importantes en la cocina de una persona celíaca, ya que son el ingrediente fundamental de muchísimos alimentos como el pan. Esto no significa que no puedas disfrutar de los productos que normalmente se hacen con harina de trigo. Basta con que la sustituyas por una sin gluten.  Tal y como nos explican desde Rincón del Segura, las harinas sin gluten nacen precisamente a raíz de la necesidad de tener una alternativa a las harinas con gluten. En su caso, las muelen de manera artesanal en molino de piedra exclusivo para cereales sin gluten.

Aprende a cocinar muy bien y planifica comidas 

 

Es posible que ciertos productos procesados no te resulten tan accesibles como antes, por lo que, cuando quieras satisfacer un deseo de sabor inmediato, lo tengas un poco más difícil. En este sentido, lo mejor que puedes hacer es aprender a cocinar e intentar que esta actividad se convierta en un hobbie para ti.De esta manera, lograrás tener un poco de control sobre los ingredientes que consumes y podrás disfrutar de comidas deliciosas y seguras. Te aconsejamos que investigues en internet y sigas en redes sociales cuentas de recetas sin gluten. 

Además, te hará la vida mucho más sencilla disponer de una buena planificación anticipada. En esta línea, puedes apostar por crear menús semanales de comidas. Si tienes que comer en el trabajo o en clase, prepara un buen táper con tu propio almuerzo con el objetivo de evitar caer en la tentación de comprar productos con gluten.

Presta atención a lo que comes y anota cómo te sienta

 

Si frecuentas un bar o restaurante y empiezas a notar que ciertos alimentos te sientan mal, es importante que lo vayas anotando para detectar si consumes gluten de manera inadvertida. 

Sal con otras personas celíacas

 

Evidentemente no nos referimos a que dejes de salir con personas que no son celíacas pero, de vez en cuando, sentirte en comunidad y descubrir que hay muchísima gente pasando lo mismo que tú, puede ayudarte a mantener la positividad en todo el proceso, además de guiarte con consejos y experiencias.

Busca apoyo terapéutico 

 

A veces parece que los únicos problemas que enfrentan las personas celíacas están relacionadas con la nutrición. Sin embargo, el cambio que supone en la vida diaria es tan grande que puede ser un poco difícil de gestionar emocionalmente. Por este motivo, es aconsejable acudir a un terapeuta especializado en alimentación para que te ayude a adaptarte a la nueva dieta, así como a lidiar con las emociones surgidas de la misma. 

No cabe duda de que la enfermedad celíaca puede ser un diagnóstico desagradable al principio pero, en realidad, es una condición muy habitual que cada vez experimentan más personas por lo que, cada vez existen más alternativas. Con el tiempo acabarás por acostumbrarte y no sentirás que estás renunciando a la buena comida ni haciendo demasiado esfuerzo. 

Estos han sido algunos consejos. Esperamos que hayan sido de ayuda. ¡Mucha suerte y ánimo!

 

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