Tendencias de moda para reformar el baño

Si estás pensando o planeando reformar el baño en este 2025, debes tener claro que la tendencia actual pasa por crear un espacio que no solo funcione bien, sino que invite al descanso, la intimidad y al placer estético sostenible, es decir que se convierta en un santuario personal, íntimo, que sea a la vez moderno, confortable y atemporal.

Una de las líneas más marcadas es la apuesta por tonalidades cálidas y naturales. Lejos del blanco puro y neutro, los baños contemporáneos se tiñen de verdes suaves, tierra, beige, e incluso terracota, generando atmósferas más acogedoras y reconfortantes. Estos colores dialogan perfectamente con los materiales naturales como la madera tratada o cerámicas artesanales, reforzando una estética orgánica y atemporal

En paralelo, la textura de los materiales gana protagonismo. La hipertextura se manifiesta en cerámicas con relieve, formas irregulares o acabados tipo zellige, que enriquecen el baño desde lo táctil y lo visual. Incluso está al alza la tendencia de “tile drenching”, donde el mismo azulejo recubre paredes, suelos e incluso techos, creando espacios envolventes y visualmente continuos.

Pero el diseño no solo atiende a lo estético. La inspiración “de spa” se impone, trayendo duchas efecto lluvia, platos de ducha amplios, mamparas sin perfiles y bañeras exentas que invitan a la relajación y al disfrute sensorial. Estas soluciones permiten experimentar el baño como un espacio de bienestar, más allá del uso cotidiano.

La tecnología domina aspectos clave de la reforma, integrándose con naturalidad. Espejos inteligentes con efecto anti-vaho, grifería con sensores, inodoros con autolimpieza o ajuste de temperatura, sistemas domóticos que permiten controlar la iluminación, la temperatura del agua o la música, incluso mediante la voz, son hoy parte de la modernidad cotidiana.

El mobiliario suspendido forma parte de la apuesta por la limpieza visual y la amplitud, tal y como nos muestran los diseñadores de Decoración y Reformas El Baúl en sus creaciones, donde inodoros flotantes, lavabos sobre encimera, almacenajes ocultos y sin tiradores contribuyen a una estética minimalista y práctica. Además, los lavabos de gran tamaño se vuelven protagonistas, ofreciendo comodidad y presencia visual.

En cuanto a los acabados, el negro mate, el bronce cepillado o el cobre aportan un toque de sofisticación y contraste sin perder la calidez esencial de los baños actuales. Estos tonos se complementan con elementos metálicos en grifería y accesorios que elevan la estética general.

Para no caer en excesos, los diseñadores advierten sobre ciertos errores frecuentes, como el uso de azulejos muy llamativos o excesivamente ornamentados que pueden quedar obsoletos rápidamente o griferías negras de baja calidad que se deterioran con facilidad. Recomiendan optar por la elegancia discreta y materiales duraderos para garantizar la coherencia y el atractivo a lo largo del tiempo.

Finalmente, una tendencia emergente con fuerte carga visual es la incorporación de la madera en revestimientos, que recuerda al estilo “Japandi Nouveau”, una fusión refinada de minimalismo japonés y funcionalidad nórdica, que aporta un carácter cálido, profundo y sensación de retiro acogedor.

¿Qué permisos se necesitan para reformar un baño?

Para reformar un baño en una vivienda es necesario conocer qué tipo de licencia exige el ayuntamiento, ya que no todas las reformas tienen la misma consideración legal. Cuando se trata de una obra menor, como cambiar los azulejos, sustituir los sanitarios, renovar la grifería, pintar o instalar nuevos muebles de baño, normalmente basta con presentar una comunicación previa de obra o declaración responsable. Este trámite es sencillo, en muchos casos puede hacerse online y suele conllevar el pago de tasas reducidas. Se entiende que estas actuaciones no afectan a la estructura del inmueble ni a los elementos comunes.

Por otro lado, si la reforma incluye cambios más profundos, como modificar la distribución del baño, derribar o levantar tabiques, alterar la fontanería o la instalación eléctrica conectada al sistema comunitario, o incluso tocar bajantes y conductos generales, será necesario solicitar una licencia de obra mayor. En este caso se exige un proyecto técnico redactado por un arquitecto o ingeniero, que debe ser visado por el colegio profesional correspondiente. Este procedimiento es más complejo, implica un coste mayor y los plazos de tramitación también suelen ser más largos.

Además, si la obra afecta a elementos comunes del edificio, como muros de carga, conductos generales de agua, ventilación o instalaciones comunitarias, será obligatorio contar con la aprobación de la comunidad de propietarios, ya que se trata de bienes compartidos que no pueden modificarse unilateralmente. También es importante prever la correcta gestión de los residuos de la obra, que debe realizarse conforme a la normativa municipal. Por ello, lo más recomendable antes de iniciar cualquier reforma es consultar directamente con el ayuntamiento de la localidad para confirmar qué permisos son necesarios y evitar sanciones o problemas legales posteriores.

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