Resulta interesante leer cómo durante la historia ha habido enfermedades de todo tipo, físicas y mentales, que han afectado a grandes personajes ilustres, y que de una manera o de la otra han marcado el desarrollo de la humanidad. La mayor parte de la personalidad de una persona se viven por sus vivencias, y quizá sea eso lo que marca que tengas mayor predisposición a tener problemas mentales en un futuro.
El día a día nos muestra que es más frecuenta tener ansiedad, que por cierto es la enfermedad más común del siglo XXI, y merece la pena detenerse un poco para hablar de ella. La ansiedad se define como una respuesta de anticipación involuntaria del organismo frente a estímulos que pueden ser externos o internos, tales como pensamientos, ideas o imágenes… que son percibidas como peligrosas.
Como bien es sabido por aquellos que la sufren, la ansiedad se acompaña por un sentimiento poco llevadero o de tensión. Esto constituye la señal de alerta natural del organismo ante un peligro inminente, que permite adoptar las medidas necesarias para enfrentarse a una amenaza concreta.
La realidad muestra que la amenaza por la cual desarrollamos esta respuesta, que repetimos es natural, suele ser provocada por la falta de tiempo o imposibilidad de realizar ciertas tareas, que provoca estrés y consecuentemente ansiedad. Los estímulos a los que estamos sometidos hoy en día no nos hacen temer por nuestra vida, detonante natural de la ansiedad.
Son los mensajes constantes, problemas en el trabajo o en la familia, problemas de salud de amigos, pareja o familiares, o estímulos más complejos los que nos hacen caer en la ansiedad. Lo que mucha gente no sabe es que la ansiedad es algo común en las cúpulas de las grandes empresas, y en los trabajadores de a pie también.
Tratar la ansiedad es posible, pero llegar a tratarla es una dificultad para muchas personas por el simple hecho de que no es fácil aceptar que tienes un problema. Y mucho menos es fácil darse cuenta de que necesitas la ayuda de un psiquiatra para salir del pozo en el que te sumerge la ansiedad.
Y es que simplemente escuchar que tenemos que acudir al psiquiatra puede llegar a ser una noticia funesta para muchas personas. Pero esto no es una realidad innegable sino más bien un miedo infundado, al que además se le añade la vergüenza de contar los problemas y la idea de que la ansiedad es temporal.
Lo síntomas que tienes que prestar atención
Lo cierto es que cuantas más excusas se pongan a la hora de actuar, más lejos estaremos de la solución al problema. Por tanto, es necesario vencer nuestros miedos y acudir al psiquiatra, y para saber cuándo tenemos que hacerlo vamos a ver cuáles son las señales que nos indican cuando tenemos que acudir al mismo.
En primer lugar, mira en tu interior y comprueba si existe una emoción negativa que dura más de lo normal. Es normal sentir ansiedad de manera temporal ante una situación concreta. Pero puede ser que de la misma deriven otras emociones que igualmente pesan en nuestra cabeza y pensamiento.
Muchas veces, la ansiedad y el estrés llegan a acumularse, hasta el punto de que hay que abrir una válvula de escape. Cuando esta no se abre nos encontramos con los ataques de pánico, ante los cuales se les suele intentar dar una explicación orgánica, cuando la verdadera explicación es psicológica. Esta es la segunda clave a tener en cuenta para ir al psiquiatra.
Si es común para ti lo que comentamos, y además tienes el pensamiento constante de que tienes la sensación de estar enfermo y tras realizarte pruebas no se detecta ninguna enfermedad, es que tienes síntomas psicosomáticos que no pueden ser solucionados por un médico de cabecera, sino por un psiquiatra.
Como vemos, existen diferentes factores que te indican que tienes que acudir al psiquiatra, y aquí lo importante es no demorar la visita y acudir a un psiquiatra con experiencia. Justo como el Psiquiatra Dr. José A. Hernández, un psiquiatra en Alicante con más de treinta años de experiencia, que es especialista en psicoterapia con experiencia probada en el Hospital Provincial de Alicante.
