Preservar y proteger el medioambiente es algo cada vez más importante para la sociedad. La relevancia que ha cobrado todo aquello que está relacionado de algún modo con el medioambiente, no parece tener techo. Algo verdaderamente positivo, puesto que el planeta es nuestro sustento, nuestro hábitat y el medio en el que vivimos, por lo que cuidar del mismo debe ser una prioridad. No solo ahora, debería haber sido así desde el origen de la humanidad. Vamos a contentarnos con el manido, “más vale tarde que nunca”.
Tal es el protagonismo que ha ganado el medioambiente y la concienciación social al respecto que, existen numerosas medidas para atajar los incontables problemas que el ser humano ha causado en el planeta. Ahora, cada vez está de más actualidad hablar de la parte sostenible y medioambiental de cada acción. En tal medida que, incluso el mundo de la ingeniería, cuenta con su especialidad en medioambiente. Sabemos de sobra que existen diferentes tipos de ingeniería: informática, de las comunicaciones, de caminos, etc. Pues bien, el apasionante mundo de la ingeniería, contempla su contribución al medio ambiente y, lo hace, a través de los proyectos de obra medioambiental.
Probablemente, a la inmensa mayoría, esto le resulte cuanto menos, desconocido. Cabe la duda y el desconocimiento, por lo que para despejar esta incógnita, hemos contado con la colaboración de Orbe Técnicas y Medioambiente, expertos en este tipo de proyectos para la conservación del medioambiente. El ámbito al que pertenecen este tipo de proyectos no es otro que el de la ingeniería medioambiental. Interesante. Un proyecto de esta categoría, se lleva a cabo con la finalidad de diseñar y proyectar cualquier tipo de construcción u obra que se realice en un medio natural. En otras palabras, toda obra de construcción o similar que no vaya a ser ejecutada en el casco urbano.
Una memoria con todo lo necesario
Conviene definir con la mayor precisión posible en que consiste eso del proyecto de obra medioambiental. Aunque antes de continuar, debemos señalar que este tipo de obras no son una novedad. De hecho si el ser humano no hubiera decidido realizar obras en medio de la naturaleza, no existiría la civilización. La diferencia reside en el hecho de que, gracias a esta ingeniería, se preservan los recursos y se protege el medioambiente en la medida de lo posible. Dicho esto, continuamos.
Un proyecto de obra medioambiental, consiste en el conjunto de recursos, métodos, valoraciones y acciones que se realizan con la finalidad de transformar ese conjunto de ideas en hechos. Este conjunto de ideas y el desarrollo de las mismas, se producirán en un entorno medioambiental. Es decir, natural.
Es necesaria una correcta elaboración y diseño del proyecto de obra medioambiental para garantizar unos resultados óptimos, minimizando el impacto que la obra, pueda generar. Razón por la que se trata de algo esencial. Un diseño de proyecto de obra medioambiental minucioso y correctamente elaborado es garantía de sostenibilidad y buenas prácticas.
La persona adecuada para realizar este tipo de proyectos no puede ser otra que el ingeniero de montes o forestal. El profesional, debe disponer de la formación adecuada y actuar en consecuencia de las necesidades del proyecto en cuestión. Debe tener un perfil minucioso que le permita y capacite para reparar en cada uno de los detalles que componen el proyecto, por nimio o pequeño que este sea. Cuando se habla de cuestiones medioambientales, cualquier cambio, por insignificante que pueda resultar, puede conllevar un enorme impacto negativo.
De tal manera que, una de las funciones primordiales de un buen ingeniero de montes, consiste en elaborar y ejecutar un proyecto que cuente con una memoria impecable. Solo de esta manera se puede lograr evitar el impacto negativo no deseado e, incluso, contribuir a una mejora en el medioambiente. Por lo general, este tipo de profesionales, pueden localizarse en una asesoría o consultoría que esté especializada en este tipo de obras.
Dentro de los servicios de una ingeniería medioambiental se encuentra un campo de actuación de lo más amplio y diverso. De manera que compete a un departamento de obras medioambientales llevar a cabo las acciones que se relacionen con una obra forestal y el patrimonio natural.
En el primer aspecto, competen a las obras forestales las siembras, las repoblaciones, plantaciones y tratamientos silvícolas; la prevención de incendios, apertura de cortafuegos y áreas de cortafuegos. Así mismo, fomentar y mejorar el monte. Los servicios de limpieza de los cauces de los ríos, pesquiles y escalas de peces. La adecuación de las charcas, caminos, cerramientos y pasos canadienses, todo tipo de tratamientos fitosanitarios y la restauración de los ríos mediante limpieza y recuperación hidrológica, son por igual, competencia de los ingenieros forestales.
Respecto a sus competencias sobre el patrimonio natural, implica la adecuación de vías pecuarias y descansaderos para el ganado; la rehabilitación de edificaciones y otros elementos rurales; la señalización de sendas, balizamiento de rutas BBT y senderistas, amojonamiento y cartelería. Así mismo la ejecución de medidas de restauración y compensatorias, forman parte del campo de acción de las obras medioambientales.
Conservar el medioambiente por encima de todo
Esta debería ser la máxima de todo común mortal. Cuidad el lugar en el que vivimos y que en el futuro, será la herencia de los que vienen detrás y así, sucesivamente. Aunque resulta algo lógico, durante muchos, muchos, muchos años, se ha menospreciado sobremanera la idea de conservar el medioambiente. Razón por la que se han llevado a cabo (y aun se hace) auténticas barbaridades contra el medioambiente y el planeta.
Actualmente, los estudios que se realizan de forma habitual, recogen datos por parte de la comunidad científica, en los que quedan patentes las evidencias del deterioro al que hemos sometido y sometemos, al planeta. Estas actuaciones tan banales en la mayoría de ocasiones, se realizan de forma habitual, diaria y continua, sin reparar en el daño que ocasionan. El mismo hecho de coger el coche cada mañana, supone un daño a la Tierra. Rasguño a rasguño, la herida se hace más y más grande. Por lo que la posible cura, cada vez es más difícil.
Transformar y reconvertir esta situación tan extrema, resulta esencial y fundamental para la supervivencia, no solo de los seres humanos, el planeta al completo está en peligro. Por pequeña que sea acción individual, cada acto de preservación, constituye un grano de arena que, acaba por ser un montón de gran magnitud y con gran potencial.
De ahí que las obras medioambientales se lleven a cabo de la mejor manera posible. Siendo los ingenieros de montes, los más cualificados para desarrollar todo tipo de proyectos que involucren al medioambiente, con objeto de minimizar el impacto.
Aparte de estos profesionales directamente relacionados con las obras medioambientales, queremos señalar otra figura de gran relevancia en todo tipo de obras: el DAO o Dirección Ambiental de la Obra. Esta figura, cuenta cada vez con mayor protagonismo y se genera como resultado de la descentralización de las tareas de carácter medioambiental en una persona o entidad. De esta manera, se delega en una persona o equipo de personas, la tarea de identificar y controlar todos los aspectos medioambientales de la obra en cuestión.
Al mismo tiempo, el DAO, se responsabiliza de llevar a cabo el seguimiento y vigilancia ambiental de la obra, del diseño y supervisión de todos los planes concretos relacionados con la gestión ambiental, como puede ser el plan de restauración ambiental, a la vez que se hace responsable de los intereses públicos o privados afectados.
La misión principal de DAO en las obras de cierta envergadura, consiste en garantizar que se cumplen todas y cada una de las cuestiones relativas al medioambiente que exige la normativa aplicable. Así como todos los condicionados y condicionantes ambientales que se imponen al desarrollo del proyecto. Se trata por lo tanto de un puesto cada vez más relevante, dadas las circunstancias actuales en las que el planeta, se ve agredido de forma continua.
En resumen, el planeta nos necesita. Aunque somos su mayor mal, podemos ser la solución al problema. Si miramos al planeta como lo que es, un organismo vivo, podemos comprender su funcionamiento. De qué manera y en qué medida lo dañamos con nuestras acciones y actuar en consecuencia. Basta con pensar en cómo los gérmenes, virus y bacterias agreden a las personas y como nos protegemos de ellos. Si el planeta tuviera un protector externo, las personas seriamos el virus a extinguir.
Comportarnos más como la microbiota intestinal que como el Covid, solo depende de nosotros. Podemos ser antídoto o veneno, pero nos interesa más ser de los primeros. Gracias a la conciencia de muchos se obtienen resultados. Actividades tan nocivas para el planeta como las obras, minimizan su impacto gracias a los proyectos de obra medioambientales, tan esenciales y a la figura del DAO, cada vez más relevante.
Dado que nos encontramos en un momento clave en el que se requiere de forma inminente, pasar a la acción, no lo pensemos más. Actuemos en consecuencia y seamos todos, parte de ese proyecto medioambiental que tiene como vehículo, la sostenibilidad. Nunca es tarde si la dicha es buena, tal vez podamos aplicarlo en esta cuestión.
